La Brompton eléctrica y sus riesgos.

La Brompton eléctrica es una maravilla; corre más, sube más y llama la atención. Y todo eso, al principio , nos puede animar a tirar más de su modo eléctrico y que se nos olvide que también nos sirve para pedalear un poco. Hace más de un mes que la tengo y me he dado cuenta de que, muchas veces, utilizo el modo de máxima potencia sin necesidad, al ver que se comporta como un potro salvaje subiendo por la rampa de mi parking casi como si subiera en la moto. O que vuelvo a mis caprichos infantiles cuando salgo de un semáforo al mismo tiempo que otros ciclistas y presumo de adelantarles a todos.

Así que me he prometido contenerme; ya he comprobado sus posibilidades y no necesito presumir más de ellas. Utilizaré mayormente el modo 2, que me permitirá hacer lo que hacía antes -pero sin sudar- y dejaré el modo 5 para los apuros o cuando vaya forzado a circular entre automóviles.