Mis dos primeros meses

Hola amigos! Parece mentira que ya han pasado dos meses desde que me convertí en la feliz poseedora de una hermosa Brompton M6L color naranja. Si alguien está pensando en adquirir una, tal vez mis experiencias le sirvan para decidirse.

Primero he de decir que estoy contentísima con mi nueva bici. Es verdad que la Brompton no es una bicicleta barata,vaya, digámoslo con todas sus letras: es una bici cara. Yo he tenido que ahorrar por un par de años para poderla comprar. Y más allá de que si amortiza o no con lo que me ahorro de estacionamientos, gasolina, tráfico infernal, etc. estoy tan satisfecha con mi compra que para mi ya se ha pagado, y con creces. No había ido taaan cómoda y a gusto en una bici desde que era niña. Eso no tiene precio. Siempre me ha gustado andar en bicicleta de forma recreativa. No salgo a carretera, ni voy a la montaña, ni hago carreras de ruta, ni de triatlón. La Brompton me ha quedado como anillo al dedo para lo que yo buscaba: una bicicleta para usar en la ciudad, cómoda, combinarla con transporte público y, lo más importante, que me quedara bien. Puede sonar muy tonto pero de verdad he pasado años montando bicicletas que me quedaban demasiado grandes ( yo soy más bien bajita :blush: ) y cuando probé esta, bueno, imagínense a los cielos abriéndose y un coro cantando el «Halelluja» de Haendel.

Esos son algunos «pros» que encuentro en tan versátil compañera de dos ruedas:

1. Con ella me he animado, por fin, a entrarle al tráfico de mi caótica ciudad. En mi bici de montaña, (tengo una Merida) ni pensarlo. Su tamaño del cuadro no es grande, de hecho es el más pequeño que fabrica Merida, pero la posición y el manejo de la misma me hacían sentirme muy insegura, y es más bien pesada. Las pequeñas ruedas de la B. la hacen tan manejable que nunca me imaginé que iría así, zigzagueando entre los coches detenidos por el tráfico (con mucha precaución, claro :biggrin: )

2. Su compacto plegado, por supuesto. El poco espacio que me ocupa en casa.

3. La puedo meter al metro. No lo hago diario ni muy seguido pero cuando lo he necesitado, la combinación bici-metro me funcionó bastante bien. Aunque el otro día el policía de la entrada me dijo que tengo que taparla con una bolsa negra. «Que no se vea que es bicicleta», me dijo. Me pareció un tanto extraño porque en el reglamento de tránsito de la Ciudad de México (de donde soy) dice que las bicis plegables pueden entrar sin problema cualquier día de la semana, ya que una vez plegadas, se les considera «un bulto». pero en fin…

4. El otro día llevé mi coche al servicio y al tener que dejarlo por un día, saqué mi B. de la cajuela (o maletero ¿no?) la armé y me fui feliz pedaleando. Todos los presentes se quedaron con el ojo cuadrado.

5. La llevo sin problemas a cafeterías…

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6. …a tiendas de elctrónicos…

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7. … al cine… de eso no tengo foto. La dejé encargada en el guardarropa del cine. No pasé a la sala con ella. Con alguna mano tenía que agarrar las palomitas y el refresco ¿no?

8. Al paseo dominical que se organiza en la ciudad y como dicen ustedes en España ¡es una pasada!

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9. Es sin duda un aparato que despierta la curiosidad de la gente. A todos lados donde me ven con ella hay por lo menos una persona que me hace la plática. Todas llegan a la misma conclusión «¡Está genial tu bicicleta» me dicen.

Puntos en contra:

1. La curiosidad de la gente. No me mal entiendan. No me molesta que me pregunten por ella, al contrario, me gusta la convivencia. Lo que pasa es que invariablemente sale el tema del precio y no crean, me da un poco de acongojo andar diciendo cuánto pagué por ella. Sobre todo si es en la calle, con gente que no conozco. Vaya da un poco de apuro pero tampoco me ha pasado nada. Últimamente, cuando me preguntan que cuánto me costó me ha dado por responder: » pues me la regalaron, pero hay de varios precios, según la marca. Es cosa de buscarle.» o algo por el estilo.

2. Me la dieron con la suspensión FIRM. Las calles de mi ciudad no están precisamente pavimentadas con oro y cada vez que paso un bache, hoyo, zanja, bordo, etc, por pequeño que sea, se siente bastante. No se si las ruedas pequeñas contribuyan a esto también. Bueno, también es que ya me había acostumbrado a la suspensión de la bici de montaña que aguanta de todo. La suspensión dura no me parece mal. Al contrario. Siento que ayuda a la B. a responder muy bien al pedaleo, pero cuando me topo con un hoyito en el pavimento… mi trasero sufre.

Otra cosa: hace dos semanas hice la primera modificación a mi B. Le cambié los puños originales por unos Ergon GP1-S y ¡son la maravilla! Al principio me rehusaba a cortar los de espumilla porque la verdad no me disgustaban tanto, pero sí los encontraba un poco incómodos para mis muñecas, y sentía hormigueos extraños en las palmas de las manos después de pedalear un buen rato. Los Ergon son algo más pesados, cosa que no me agradó, pero de verdad tienen muchísimas ventajas y ahora me encantan. Su forma es perfectamente ergonómica (obviamente), tienen una textura como de hule que hace que la mano se adhiera muy bien. Lo mejor de todo: ABSORBEN LAS VIBRACIONES del camino. La diferencia con los puños originales es IM-PRE-SIO-NAN-TE. Me hacen el camino mil veces más confortable. Los recomiendo ampliamente. Además se ven muy bonitos en la Brompton.

Bueno pues disculpen largo rollo, pero quería compartirles las impresiones de mis primeros meses. ¡Buen camino a todos! :bye: