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Hola amigüit@s, se me ocurre abrir un hilo en la cafetería que sirva de desahogo, relajo, rompe-tensiones… y qué mejor que arrancar con un …
…Esto era un toro que estaba enamorado de una vaca que veía todos los días en el cercado de al lado. Un día decide saltar la valla y le pregunta el toro a la vaca:
– Hola, ¿cómo te llamas?
Y la vaca responde:
– Flor de primavera, pero me puedes llamar Flor, porque la primavera ya pasó.
A lo que el toro responde:
– Pues yo me llamo Pepito, pero llámame Pe,
porque el pito me lo he dejado en la valla.» …
¿Os animáis a contar alguno?
Esta ronda la paga el tabernero, salud :drinks: :drinks:
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seguimos con los beodos: Era día de bautizo para los nuevos fieles, todos se ponían de pie y se encaminaban al altar. Allí el pastor les tomaba la cabeza con las manos y las introducía dentro de una enorme tina rebosante de agua fría. Luego al sacarlos, el pastor les preguntaba:
– ¿Has visto a Jesús, hijo mío?
Y los fieles respondían:
– Siiii, lo he visto!
– ¡Ahora estás bautizado en el nombre de Dios! – les decía el pastor.
El rito siguió de esta manera con todos los fieles en fila.
En cierto momento entró al lugar un borracho que deambulaba por la calle, buscando refugio. Éste, al ver cómo el pastor le daba un chapuzón a la gente, pensó que tal vez le vendría bien mojarse la cara para despejarse un poco y se colocó en la fila.
Al llegarle el turno, el pastor siguiendo con el ritual, tomó su cabeza con las manos y la introdujo en la tina. Cuando lo sacó, el borracho sacaba agua por la boca, las nariz, las orejas…por poco se ahoga.
El pastor le hace la misma pregunta que a todos:
– ¿Has visto a Jesús?
Y el borracho le responde:
– No, no lo he visto.
El pastor, intrigado, le vuelve a introducir la cabeza en la tina. Esta vez el borracho se traga como dos litros de agua.
El pastor vuelve a preguntarle:
– ¿Has visto a Jesús?
– No, no lo ví.
– El pastor furioso vuelve a introducirle la cabeza en la tina como diez veces y las diez veces pasa lo mismo. En el último intento que hace el Pastor para meterle la cabeza en la tina, el borracho, semiahogado, se agarra de los bordes y hace que el pastor se detenga.
El borracho tose, escupe agua y respira profundo para recuperarse, unos segundos después, con las pocas fuerzas que le quedaban pregunta:
– ¿ Usted está seguro de que él se cayó aquí adentro?
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